jueves, 21 de septiembre de 2023

Mi papá, quesito oreado y caldito de papas

 Un día desperté y me sentí enferma

enfermó también Lluvia, quien dormía plácidamente a mi lado

yo vivía sola, ella estaba de visita

y teníamos la instrucción de no salir:

"hay que detener la cadena de contagios

estamos en pandemia, virus aquí y allá"

tenía un hambre y una desolación

un miedo de morir, de que ella muriera

estábamos bien, oxigenando arriba de 90

pero estábamos solas

"ah, un caldito de papas con la receta de mi 'amá" pensé

pero no podía salir

tenía papas, tenía cebolla, tenía tomates, 

chiles verdes en el refri

pero no tenía queso

pero no podía salir

"hay que detener la cadena de contagios"

me recosté en la cama pensativa, ideaba alguna otra receta

pero nada tan afín se me ocurría

"hay que detener la cadena de contagios,

el caldito de papas lleva papa en cubos, chile, cebolla y queso

un caldillo de tomate, ajo y sal"

y entonces como una aparición la voz de papá frente a mi reja

"hija, sal" y me asomo en la ventana

era él, no tenía idea de cómo ni por qué pero era él

me visto rápido, salgo apresurada, avergonzada

(él nunca supo que yo dormía junto a una mujer

o tal vez siempre supo, no lo sé)

traía en el rostro una sonrisa enorme como siempre

y entre sus manos amorosas un queso oreado 

envuelto cuidadosamente en papel

justo lo que necesitaba

justo lo que me hacía falta

sentir su amor, sentir su mirada sobre mí

sentir que me quería aunque no me entendiera

sentir que como él decía, yo era su única estrella

justo lo que necesitaba

un quesito oreado

mi papá ahí, inesperado


Esa tarde hice el mejor caldo de papas del mundo

mi papá tiene veintisiete días que partió de este plano

que cruzó el ancho río

que decidió ser libre para siempre