I
Estoy aquí sentada con la columna vertebral adherida a la tierra;
no hay mejor respaldo que la corteza de un árbol vivo.
Aquí todo está vivo, todo salvo yo (¿quién?).
Vivo el río, vivos los árboles, vivos los patos negros que nadan contra la corriente a diario;
misma hora, mismo lugar.
II
¿Acaso no se percatan de que poseen un par de alas? (hastiada);
¿por qué nadar contra corriente a la misma hora,
en el mismo sitio (harta), día con día?
(¿No hago yo exactamente lo mismo?)
III
Llevo semanas llorando a diario, siempre, contra la corriente
(obtusa, abandonada);
¿llorarán los patos negros a diario, contra la corriente?
(me desvanezco)
IV
Su andar es burdo, pesado, grotesco,
sus patas no fueron hechas para andar (insomne);
¿estaré yo hecha para andar?
¿no es mi andar burdo, pesado y grotesco? (lo es).
¿Habrán sido mis pies hechos para andar?
V
Oscureció y me encuentro (¿pierdo?) sola; siento miedo.
No, de estar sola no (sí), sino del vacío;
¿sentirán miedo los patos negros? (por supuesto, idiota).
¿Por qué sienten miedo? Los patos negros no saben llorar a diario,
ni siquiera conocen sus plumas la oscuridad
(duermen con el crepúsculo y revientan con el sol)
No concibo su dolor como cierto,
sus cálidas plumas de ébano son impermeables al agua,
¿por qué habrían de sentir dolor?
VI
Yo sólo nado contra corriente y mis cabellos de ceniza no son resistentes al dolor,
mucho menos lo serían al fuego.
VII
Está oscuro y es tarde, ¿cómo he de volver a casa?
(¿tendrán los patos negros un lugar llamado casa?
¿estará contra corriente?).
Los patos negros no duermen: trascienden
(¿tengo yo una casa?).
Yo tengo una casa; los patos negros, un hogar.
VIII
Son sus pequeños ojos diminutas perlas caribeñas,
esquirlas de metal: vivos.
Trazas de obsidiana que se aletargan con el sol,
(lapislázuli bendito, tornasol rudimentario y bronce resquebrajado).
Mis ojos pequeños ¿y de qué son?
de ceniza viva, polvo opaco y fuego resignado.
IX
¿Cómo regresaré a mi hogar si lo perdí al momento de nacer?
¿cómo reparar el daño que infligieron mis senos pequeños y mi gran mordacidad?
La lucidez no tiene perdón ni cabida.
(¿Los patos negros se encontrarán contritos por sus faltas?)
X
Los patos negros poseen el cielo terreno; el paraíso de frutas y miel,
el letargo del levante y la muerte del poniente.
¿Qué poseo yo sino un par de ojos de caoba requemada,
unas gotas de sangre y un puñado de sueños rotos como ínfimos cristales?
lo daría todo por su plumaje tórrido
(¿será que los patos negros sangran?).
Si los patos negros tienen alas y no vuelan es (somos) porque no quieren (nosotros).
Cuando vuelan se convierten en humo.
Itzel Hernández
No entendí lo de "mis seños pequeños…" *le da un like*
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