domingo, 20 de noviembre de 2022

Para Lluvia 



Las señoras que se gustan

Se empeñan en gustarse

Más allá de los miles de kilómetros

Que se dice que las separan,

Se envían libretas, libros, cartitas

Las señoras siempre ven la manera

De amarse sin pudor,

De volar a sus treinta, sus cuarenta o cincuenta y tantos

Las señoras que se aman

Ahorran por meses

Y toman aviones, autobuses,

Taxis, colectivos para reencontrarse

Con ella, con ellas mismas

 

Y cuando sus familias, sus amigas les preguntan

¿no te da vergüenza?

O un cauteloso ¿crees que vale la pena a estas alturas?

Las señoras que se gustan

Que se aman

Que se saborean

Clavan sus ojos hacia dentro,

Evocan todas las veces

Evocan todas las voces

Todas las mares,

Un dedito anhelante por aquí

Una pierna danzando por acá,

Un tomarse las manos al cruzar la calle

Un despertar suavecito

suabesitos

Y se ríen bajito o fuerte

Cada una a su manera

¿vergüenza de qué? –responden

¿cuál pena?

Si no hay gozo más hondo, más tierno, más honesto, generoso, más complejo, más cálido y oscuro

Si no hay misterio más gozoso

Que amar y ser amada

Por una igual

Una mujer

Una semejante.

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